El 27 de diciembre de 2013, la Asamblea General de la ONU decidió designar el 31 de Octubre de cada año, a partir de 2014, como Día Mundial de las Ciudades. Con ello durante esta jornada se pretende concienciar a la ciudadanía a reconocer la importancia del acceso equitativo y adecuado a los servicios urbanos básicos como pilar de una urbanización sostenible y, por tanto, del desarrollo económico y social generalizado.
Esta fecha, establecida por la Asamblea General de la ONU, celebra el impacto positivo que una urbanización bien administrada puede tener sobre el desarrollo económico, social y ambiental.
En un mundo donde las personas buscan cada vez más vivir en las ciudades y alejarse de las áreas rurales, es imperioso afrontar los grandes retos que se derivan de una urbanización adecuada. La transformación urbana es necesaria y continuará inevitablemente ya sea para bien o para mal. Si no se la examina minuciosamente, la urbanización continuará en una tendencia negativa como ha ido ocurriendo durante tantos años en nuestra ciudad, lo que implica un crecimiento en la desigualdad y la degradación del medio ambiente sin respetar unas normas esenciales para una armonía con el entorno. A día de hoy es complicado encontrar una sola ciudad que no haga daño directo a su entorno ya sea por una construcción descontrolada o por la utilización de elementos poco saludables.
El Día Mundial de las Ciudades tiende a refrescar el rol que ocupan éstas en el desarrollo como sociedad. Siglos atrás, los habitantes de las ciudades eran minoría. En las próximas décadas, estos se duplicarán y representarán las tres cuartas partes de la población mundial. Este fenómeno empezó un siglo atrás en Europa y Norteamérica y ahora está surgiendo aceleradamente en Asia y África. Para continuar con este crecimiento, en resumen, los países deberán construir una ciudad de un millón de habitantes cada semana por los próximos cuarenta años.
Es necesario un nuevo código donde se reconozcan los contextos locales y se base en un respeto tanto de lo público como de lo privado, un cuidado por la tierra, por el sonido urbano y la buena convivencia de los sistemas involucrados.
Desde el Área de Medio Ambiente de Sueña Torrevieja pensamos que, si las ciudades funcionan correctamente, sólo entonces se puede replantear el uso del agua, la energía, los desechos, el transporte, la educación, la salud, la cultura y la inclusión social. No debemos permitir, por ejemplo, edificios de más de 10 alturas en plena fachada marítima teniendo a excasos metros un Parque Natural de gran valor, igual que tampoco debemos permitir que la única red de transporte público que tenemos no respete el medio ambiente o que cada vez que llueva desperdiciemos gran cantidad de agua que, en ciudades mal diseñadas como la nuestra, causa más daños que beneficios.
Sueña Torrevieja Área de Medio Ambiente